De acuerdo con el Anuario Estadístico de Colisiones en Carreteras Federales del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), el 17.6% de los incidentes viales ocurridos en carreteras se deben a las condiciones del vehículo. Lo anterior significa que casi uno de cada cinco accidentes podría evitarse con una revisión adecuada antes de partir al viaje en carretera. Por eso, la inspección previa no solo reduce el riesgo de fallas mecánicas o accidentes, sino que evita pérdidas económicas y contribuye a la seguridad vial.
Hoy en día, muchas empresas de transporte complementan las revisiones físicas con tecnologías de monitoreo activo, que permiten mantener las unidades de carga protegidas ante otro tipo de riesgos, como el robo de carga.
Niveles y sistemas básicos del vehículo para inspeccionar antes de iniciar un viaje en carretera
Antes de encender el motor para comenzar un viaje en carretera, es fundamental revisar los niveles de líquidos y asegurarse de que no existan fugas, mangueras agrietadas o tapas mal colocadas. Esta rutina, que puede tomar entre 30 minutos y una hora, es parte esencial del trabajo diario de operadores y conductores responsables.
Entre los elementos indispensables están:
- Aceite del motor. Es el lubricante que mantiene en movimiento las piezas internas sin fricción excesiva. Para revisarlo, se debe sacar la varilla, limpiarla, volver a insertarla y comprobar que el nivel esté entre los indicadores de “mínimo” y “máximo”. Un aceite oscuro o con residuos indica que es momento de cambiarlo.
- Anticongelante o refrigerante. Este líquido permite regular la temperatura del motor. Si el nivel está bajo o presenta un color marrón, podría haber oxidación o contaminación en el sistema.
- Líquido de frenos. Un nivel bajo puede significar desgaste en las balatas o fugas en el circuito, lo que pone en riesgo la capacidad de frenado.
- Líquido limpiaparabrisas. Aunque parece menor, mantenerlo lleno ayuda a conservar una buena visibilidad durante el trayecto.
Además, es importante encender el motor antes de salir y escuchar si hay ruidos inusuales, vibraciones o dificultad para arrancar, ya que suelen ser señales tempranas de fallas eléctricas o mecánicas.
En empresas con flotas pesadas, como las de transporte de carga o reparto, los mecánicos suelen realizar una inspección de pre-salida donde revisan frenos, suspensiones, luces y calibración de neumáticos.
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Ruedas, frenos y suspensión: la seguridad en movimiento
Una vez asegurado el estado de los sistemas básicos, el siguiente paso antes de realizar un viaje en carretera es revisar los componentes que mantienen el vehículo en contacto con el suelo. No importa si se trata de un automóvil familiar o un tractocamión: las llantas, los frenos y la suspensión determinan el control y la estabilidad durante el viaje.
En primer lugar, las llantas son el único punto de contacto entre el vehículo y el asfalto, por lo que su revisión es indispensable. Se deben verificar tres aspectos:
- Presión adecuada. Una llanta con baja presión aumenta el consumo de combustible y el riesgo de reventarse.
- Desgaste uniforme. Si la banda de rodadura es inferior a 1.6 mm o hay desgaste irregular, puede indicar un problema de alineación o suspensión.
- Daños visibles. Las grietas, cortes o abultamientos requieren sustitución inmediata.
En flotillas comerciales, es común rotar los neumáticos y llevar un registro digital del desgaste. Esta acción no solo prolonga su vida útil, también permite programar los reemplazos sin afectar la operación.
Asimismo, el sistema de frenado es otro punto crítico y se deben revisar las balatas, discos, líneas hidráulicas y el pedal. Algunos signos de alerta son:
- Ruidos como rechinidos o chirridos al frenar.
- Vibraciones en el pedal.
- Sensación de que el vehículo se va hacia un lado al frenar.
En unidades pesadas, la calibración de las balatas y la presión de aire en los frenos neumáticos deben revisarse antes de cada salida. Si alguna de estas funciones muestra desgaste, la unidad debe enviarse al taller sin excepción.
Por último, un sistema de suspensión en mal estado afecta la estabilidad y el confort del conductor. Para identificar posibles fallas, basta con presionar la carrocería del vehículo hacia abajo y soltarla: si rebota varias veces antes de estabilizarse, es probable que los amortiguadores necesiten reemplazo.
Iluminación, batería y equipamiento para emergencias
El último conjunto de elementos a revisar antes de iniciar un viaje en carretera está relacionado con la visibilidad, el arranque y la respuesta ante imprevistos. Muchas veces se pasa por alto, pero una simple luz fundida o una batería débil puede causar retrasos o poner en riesgo la seguridad. Algunos elementos a inspeccionar con:
- Luces. Asegúrate de encender todas las luces y comprobar su funcionamiento: faros, intermitentes, frenos y reversa. Un faro mal alineado puede deslumbrar a otros conductores o dejar zonas sin visibilidad. Además, la suciedad en los faros reduce su intensidad, por lo que es recomendable limpiarlos con frecuencia.
- Batería. Antes del viaje, revisa que los bornes estén limpios y firmes. Si notas corrosión (una sustancia blanca o verdosa), límpiala con una mezcla de agua y bicarbonato. Una batería completamente cargada debe mostrar alrededor de 12.6 voltios con el motor apagado. Si es más baja, podría ser necesario recargarla o sustituirla. Recuerda que su vida útil ronda entre 3 y 5 años.
Asimismo, es indispensable contar con un equipo de emergencia que incluya lo siguiente:
- Triángulos reflejantes o conos de seguridad.
- Llanta de refacción inflada.
- Gato hidráulico y herramienta básica.
- Cables para pasar corriente.
- Linterna con baterías cargadas.
- Botiquín de primeros auxilios.
Finalmente, no olvides llevar documentación vigente, como licencia de conducir, tarjeta de circulación, póliza de seguro y verificación. Las autoridades carreteras pueden solicitarla en cualquier momento.
Planificar el viaje también implica conocer la ruta, verificar el estado del camino y descargar mapas offline en caso de perder la señal. Si el trayecto es largo, establece pausas para descansar y revisar nuevamente el vehículo.
En conclusión, revisar un vehículo antes de un viaje en carretera no es solo una formalidad: es una inversión en seguridad, tiempo y tranquilidad. Cada revisión preventiva reduce el riesgo de accidentes, evita gastos innecesarios y garantiza que tanto el conductor como la carga lleguen a destino sin contratiempos.
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Fuente: TyT