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¿Cómo la tecnología transforma la logística de última milla?

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La logística de última milla se refiere específicamente al traslado de un producto desde un centro de distribución hasta su destino final, que suele ser el domicilio o punto de entrega más cercano al consumidor. Sin embargo, este proceso es especialmente complicado debido a la multiplicidad de factores que influyen en su ejecución: tráfico, rutas, horarios, expectativas del cliente y gestión del tiempo, entre otros. A diferencia de las rutas tradicionales, que van de punto A al punto B, esta logística involucra múltiples paradas, cada una con condiciones particulares. A esto se suma la presión creciente por entregas rápidas y la necesidad de visibilidad en tiempo real, donde herramientas como el monitoreo activo permiten anticipar incidencias y optimizar cada entrega.

 

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¿Por qué la logística de última milla es más costosa y exigente?

La logística de última milla representa uno de los mayores desafíos económicos, ya que se estima que esta etapa puede representar hasta un tercio del costo total de distribución. Esta cifra no es sorprendente si se considera la cantidad de variables que entran en juego, como las siguientes:

  • Combustible y mano de obra. Cada kilómetro recorrido implica un consumo directo de recursos. A esto se suma el pago por hora o por entrega del personal encargado.
  • Demandas de entregas rápidas. El estándar de “entrega al día siguiente” o incluso “el mismo día” exige una infraestructura robusta y flexible.
  • Rutas no optimizadas. Cuando los conductores deben desviarse o improvisar, los costos aumentan. Se calcula que las millas fuera de ruta representan alrededor del 10% del kilometraje total en muchas flotas.
  • Entregas fallidas. Si el cliente no está en casa, el costo se duplica al tener que reprogramar y redirigir la entrega.

 

Además, la presión de los consumidores por un servicio inmediato está reformulando las reglas del juego. Antes, los compradores estaban dispuestos a esperar algunos días para recibir sus pedidos; en cambio hoy en día, las expectativas apuntan a entregas más veloces, precisas y con visibilidad total. 

 

¿Qué tecnologías se utilizan para optimizar la cadena de suministro? Aquí te lo contamos

 

¿Cuáles son las consecuencias de una mala gestión?

La entrega del producto forma una parte esencial del servicio al cliente, y si esta etapa falla, todo el proceso anterior pierde valor. Algunos de los impactos de una mala gestión en la logística de última milla son los siguientes:

  • Baja satisfacción del cliente. Los retrasos o entregas fallidas generan frustración y quejas.
  • Aumento en la tasa de cancelaciones. Si un cliente no recibe información clara oportuna, es probable que anule su pedido.
  • Disminución de la lealtad. En un mercado con tantas opciones, un mal servicio de entrega puede hacer que el consumidor cambie de proveedor.

 

En contraste, una logística bien gestionada se convierte en una poderosa ventaja competitiva. Cuando las empresas proporcionan actualizaciones en tiempo real, horarios precisos y entregas exitosas en el primer intento, el cliente no solo queda satisfecho, sino que es más probable que repita su compra y recomiende el servicio.

Además, la transparencia se ha vuelto un factor decisivo, por lo que gracias a tecnologías como alertas automáticas, los consumidores esperan saber exactamente dónde está su pedido y cuándo llegará. Las empresas que integran estas herramientas en sus operaciones fortalecen su vínculo con el cliente y evitan muchos de los problemas comunes en la última milla.

 

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Optimización: la clave para reducir costos y mejorar el servicio

Si la logística de última milla representa un gran gasto, también es una gran oportunidad de mejora. Afortunadamente, la tecnología actual ofrece soluciones potentes para reducir los costos sin sacrificar la calidad del servicio. Una de las más efectivas es la optimización de rutas mediante software especializado.

Este tipo de herramientas permiten planificar rutas dinámicas que se ajustan en tiempo real a las condiciones del tráfico, las habilidades del conductor, las prioridades del cliente, el estado del inventario y otros factores clave. 

Asimismo, otros beneficios de utilizar tecnología para la última milla son los siguientes:

  • Reducción de entregas fallidas. Al saber exactamente cuándo llegará el pedido, el cliente puede estar preparado para recibirlo.
  • Mayor control operativo. Con el seguimiento en tiempo real, los operadores logísticos pueden reaccionar rápidamente ante imprevistos.
  • Capacidad de respuesta a pedidos bajo demanda. Los sistemas avanzados permiten redirigir conductores o añadir nuevas entregas sin alterar toda la planificación.
  • Automatización de la comunicación. Se pueden enviar mensajes automáticos a los clientes sobre el estado de su entrega.

 

Asimismo, invertir en optimización también significa invertir en reputación. En un entorno donde la competencia por la atención del cliente es feroz, cumplir con la promesa de entrega se convierte en una herramienta de diferenciación.

Por eso, cada vez más empresas están adoptando soluciones inteligentes de gestión de flotas, planificación automatizada y trazabilidad total. Aquellas que no lo hagan corren el riesgo de quedarse atrás, perdiendo eficiencia operativa y, más importante aún, la confianza del consumidor.

 

En conclusión, la logística de última milla es un proceso que involucra múltiples retos técnicos, operativos y humanos, y que representa una porción significativa del costo total logístico. Pero también es una etapa estratégica, que impacta directamente en la experiencia del cliente y, por tanto, en el éxito del negocio.

 

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Fuente: Dispatchtrack

 

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